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Hogar De Duendes, Trasnos Y Meígas


Hogar de duendes, trasnos y meigas
         
Cuando llegue la hora que el cielo
empieza a absorber todos los colores,
baja el camino sigilosamente.
con esos pasos que no producen ruido,
que tienen el poder de generar silencio.
Vete desnudando el alma.
 Quítale la ropa que los años han ido añadiendo,
capa a capa.
 Primero el abrigo del día a día;
el del trabajo, el de refulgente triunfador.
Sigue con la capa de los conocidos; l
a de así deben verme.
Deberás llegar al río
 con la camiseta de tirantes
del espíritu de cinco años; sensible,
crédulo, feliz. Verás a la señora sentada
en el puente de piedra.
Vieja, una peca marrón, q
uizás sea una verruga, en la nariz;
de donde salen dos pelos enormes.
Cubre su cabeza un pañuelo negro, i
gual de oscuro que la falda y el corpiño.
No te asustes.
O si. Cuando te mire; con sus ojos celtas,
 podrás ver el pasado de esta "terra";
siglos, milenios de sabiduría acumulada.
Sentirás una infinita bondad;
así le ocurre a las buenas gentes.
Será el inicio del resto de tu vida.
O bien ... sentirás una lacerante mirada;
dura, amarga, cruel; s
erá porque tu espíritu
no ha llegado preparado.
Esa será la última mirada que percibas.
Si has sido iluminado con sus ojos tiernos,
verás que un "trasno" se sienta a su lado,
hocico de lobo, ojos de cerdo,
orejas de burro, cola de zorro.
Está vigilando el paraje.
Defiende a las mágicas criaturas de cualquier ataque,
 mantiene el sol bajo el horizonte con su pata de yegua.
La música, gaitas y tambores,
acompaña el frenético trabajo de miles de duendes.
Todo sigue el ritmo de un cayado
que flota sobre la mano izquierda de la vieja.
Los duendes verdes se afanan en retocar,
 con pinceles de pelo de mujer barbuda,
las hojas de los castaños,
pulir las de los robles, abrillantar la hiedra, ....
Los trasparentes, se afanan en subir
con baldes el agua pasada, y bajar agua fresca,
del cazo de la Osa Mayor.
Los blanquiazules, usan sus plumeros
en las nubes de algodón
 y añaden añil a los trocitos azules de cielo.
Todos a una, cada cual en lo suyo.
Al despertar, si es que eres de los que lo hace,
todo vuelve a ser como el día anterior,
como el siglo anterior, como siempre.
El paraje reluce, el agua nueva corre,
el puente de piedra espera la siguiente noche,
 los reflejos brillan, ....
Eso es Galicia
                                                        

              

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